sábado, 28 de junio de 2014

La verdadera felicidad

 
La verdadera felicidadPregunta: ¿cómo alcanzo la felicidad?
Maharaj: La verdadera felicidad no puede ser hallada en las cosas que cambian y pasan. El placer y el dolor se alternan entre sí inexorablemente. La felicidad viene del Yo y hay que encontrarla en el Yo. Alcanza tu verdadero ser y todo lo demás vendrá con él.
Pregunta: Si mi verdadero Yo es paz y amor, ¿Por qué estoy tan desasosegado?
Maharaj: No es tu verdadero ser el que está desasosegado sino su reflejo en la mente el que parece desasosegado porque la mente está desasosegada. Es igual que el reflejo de la luz en el agua que riza el viento. El viento del deseo remueve la mente y el “mi” que no es sino el reflejo del Yo en la mente, se muestra alterado. Pero todas estas ideas de movimiento y falta de sosiego, de placer y dolor, están en la mente. El Yo está más allá de la mente, alerta, pero desafectado.
Pregunta: ¿Cómo alcanzar el Yo?
Maharaj: Tú eres el Yo, aquí y ahora. Deja la mente en paz, mantente alerta y desafectado; pronto te darás cuenta que el mantenerse alerta pero desapegado, observando como vienen y van los acontecimientos es un aspecto de tu naturaleza real.
Pregunta: y los demás aspectos, ¿Cuáles son?
Maharaj: Los aspectos son infinitos. Realiza uno y los comprenderás todos."

Fuente: extracto del libro "Yo soy Eso", por Sri Nisargadatta Maharaj

El testigo silencioso"Maharaj recomienda como ejercicio espiritual excelente el sentarse en silencio y observar lo que aflora a la superficie de la mente. Lo que llamamos “pensamientos” son como ondas en la superficie del agua. Los pensamientos conducen siempre a la identificación o a la condena; son fruto de ideas preconcebidas y representan un obstáculo en el camino que conduce a la verdadera comprensión. Del mismo modo que el agua está serena cuando no tiene ondas, también está serena la mente cuando está libre de pensamientos, cuando está pasiva y receptiva por completo.
Como dice Maharaj, aparecerán todo tipo de imágenes en el espejo de tu mente, se quedarán allí un rato y desaparecerán después. Observa tranquilamente cómo van y vienen. Debes estar alerta, pero sin sentir atracción ni repulsión. Es importante no involucrarse. Esta actitud de testigo silencioso tendrá el efecto gradual de expulsar todos los pensamientos inútiles, como a huéspedes indeseados a los que no se hace caso. Estando así dentro de ti mismo, es decir, en el estado de “Yo soy”, contemplando el flujo de la mente sin intervenir ni juzgar, como testigo imparcial, lo desconocido “profundo” se animará a salir a la superficie de la consciencia y liberará sus energías no usadas para permitirte comprender el misterio del origen de la vida".

Fuente: extracto de libro "El Buscador es Lo Buscado, Las enseñanzas esenciales de Sri Nisargadatta Maharaj", por Ramesh S. Balseka

sábado, 26 de abril de 2014

Bailando con el Universo



Libérate de toda atadura o constricción consciente para que tu cuerpo pueda relajarse en los ritmos del universo. Mueve tu cuerpo, ejercítalo y mantenlo en movimiento. Comprométete a mantenerlo libre de toxinas, tanto físicas como emocionales. No lo contamines con bebidas o alimentos muertos, químicos tóxicos, relaciones o emociones tóxicas en forma de ira, miedo o culpa. Asegúrate de alimentar tus relaciones saludables y no albergues rencores ni resentimientos. La salud de cada célula contribuye directamente a tu estado de bienestar, ya que cada célula es un punto de conciencia en el campo de conciencia que tú eres.


Cuerpo y mente son la danza del universo y, cuanto más bailen con el universo, más alegría, vitalidad, energía, creatividad, sincronicidad y armonía experimentarás. Puedes permanecer sintonizado a tu cuerpo siendo consciente de cómo bailas con el universo. Si prestas atención a los ritmos y ciclos de tu cuerpo y mente y te familiarizas un poco con los ritmos cósmicos, verás cómo puedes sincronizar los ritmos de tu cuerpo con los del universo. No tienes que ser ningún experto, simplemente presta un poco de atención a esto. Observa cómo te sientes en diferentes momentos del día y del mes dependiendo del ciclo lunar. Mira al cielo y fíjate en los ciclos de la luna. Si lees el diario, mira los horarios de la pleamar y la bajamar. Siente tu cuerpo y observa cómo se relaciona con cada estación. Entiende que estos ritmos pueden ayudarte de verdad; la siguiente información es lo único que debes recordar.

Entre las seis y las diez de la mañana y las seis y las diez de la noche es cuando tu cuerpo está hipometabólico, en su fase de metabolismo más baja. Intenta pasar un rato en silencio en torno a las seis de la mañana y de la tarde. Lo Ideal sería meditar al inicio de esta fase y hacer ejercicio en la mitad de ella, especialmente si lo haces para perder peso.


Entre las diez de la mañana y las dos de la tarde es cuando el fuego metabólico se encuentra al máximo. Es el momento de hacer la comida principal porque tu cuerpo metabolizará mucho mejor la comida. Entre las dos y las seis de la tarde es un buen momento para estar activos, aprender nuevas actividades mentales o emprender actividades físicas.

Entre las dos y las seis de la mañana es buen momento para soñar.
Alrededor de las seis de la tarde, preferiblemente antes de la puesta del sol, es un buen momento para cenar. Es mejor cenar algo ligero y dejar al menos dos o tres horas de intervalo entre la cena y el sueño.
Por lo tanto, intenta acostarte hacia las diez o diez y media de la noche y tendrás un descanso ideal con grandiosos sueños.


Estas son recomendaciones muy básicas pero, una vez que empezamos a sintonizar nuestros ritmos con los ritmos cósmicos, el cuerpo se siente bastante diferente. Se siente vital; no se cansa. Subjetivamente nos sentimos más enérgicos. Empezamos a experimentar ese estado de conciencia en el que todas las cosas de nuestra vida fluyen con facilidad. Una salud vibrante no es solo la ausencia de enfermedad; es esa alegría que debería estar en nuestro interior todo el tiempo. Es un estado de bienestar positivo no solo físico sino emocional, psicológico y, en última instancia, incluso espiritual. La tecnología no va a hacernos más sanos. Lo que va a hacernos más sanos es que estemos alineados con las fuerzas del universo, que sintamos que nuestro cuerpo es parte del cuerpo de la naturaleza, comulgar con ella y con nuestra alma pasando tiempo en soledad y silencio.


El poeta hindú Rabindranath Tagore resume el milagro de la vida de una manera más hermosa de lo que la ciencia puede hacerlo. Dice: "La misma marea de la vida que corre por mis venas día y noche corre por el mundo y baila con métrica cadenciosa. Es la misma vida que se dispara con alegría por el polvo de la tierra en innumerables briznas de hierba, rompiendo en olas tumultuosas de hojas y flores. Es la misma vida a la que mece el mar, cuna de nacimiento y muerte, en su flujo y reflujo.
Siento que la caricia de este mundo de vida hace gloriosos a mis miembros. Y mi orgullo viene del latido de eras que baila en este momento en mi sangre".


Los mares y ríos de esta biosfera son la sangre de la vida que circula por nuestro corazón y nuestro cuerpo. El aire es el aliento sagrado de vida que da energía a cada célula de nuestro cuerpo, a fin de que sea posible vivir, respirar y participar en la danza del cosmos. Tener la experiencia de "el latido vital de eras que baila en este momento en nuestra sangre" es vivir la alegría, la conexión con el cosmos. Esta es la experiencia sanadora; es la experiencia de estar completo. Y estar completo es vivir en la gracia.

Bailando con el universo de D. Chopra.

jueves, 17 de abril de 2014

Hoy cumplo 10 años




Muchisimas felicidades Twist y muchas gracias por estos diez años de compañía, que sigas tan bien
como hasta ahora.
Te quiero Twist.

Conciencia atemporal




Tu cuerpo es temporal y tu mente también.
 
 
Tú, en cambio, en lo que eres como realidad, eres atemporal. No hay tiempo en ti.
Mientras te veas supeditado el tiempo, tendrás miedos del futuro, añoranzas y tristezas del pasado y estarás permanentemente preocupado por conservar lo que crees tener, para que el tiempo no te lo arrebate.
 Si te centras e instalas en la conciencia atemporal de ti, encontrarás la paz y libertad que tanto anhelas. No es difícil ni mucho menos imposible. Quédate sereno y abierto a la intuición que proviene de dentro y todo se te hará luminoso y te sentirás seguro, porque el tiempo no puede quitarte lo que lo supera y está fuera de él porque es atemporal. El miedo sólo amenaza a lo temporal.
 
 
Dario Lostado


viernes, 21 de marzo de 2014

CAMBIO DE REFERENTES INTERNOS




 Cuando se cambia de nivel de conciencia, cambian los referentes internos, y esos referentes están en relación con la noción de identidad, el “yo” alrededor del cual se construye y desde el que se vive. Esto tiene consecuencias directas en la vida cotidiana.
             El yo mental, el ego, se caracteriza porque es exterior-dependiente, siempre busca la aprobación y el reconocimiento, y sólo existe en comparación con algo que está fuera, se alimenta del deseo, da igual cual sea el contenido de este, lo que le mantiene vivo es el hecho de desear, hasta el punto de no concebir la vida sin deseos, aquello que se dice “si no deseas nada estás muerto”, es cierto, en ausencia de deseos, el ego muere, sólo el ego.
            Cuando vivimos desde este “yo”, nos sentimos víctimas de las circunstancias, hablaremos de los que tienen suerte y los que tienen mala suerte, y estaremos siempre persiguiendo unas condiciones ideales que nunca llegan. Siempre encontraremos a quién culpar o a quién responsabilizar de lo que nos pasa, y nos sentiremos obligados a vivir como manden las circunstancias. Nos convertimos en un reflejo del exterior, si el exterior es favorable, me sentiré bien, si es desfavorable me sentiré mal, y es implanteable e inaceptable que yo pueda sentirme bien si las condiciones son adversas.
            El ego además tiene una necesidad constante de protegerse, el miedo siempre está presente, como su existencia surge de una comparación, será una necesidad constante ser más que lo otro, y da igual el contenido, solo importa la cantidad, “yo más”, el más listo, el más hábil, o el más enfermo, o el más malo…. De lo que sea, “yo más”,  ya que si no el ego mengua, se empequeñece.  No se trata por tanto de cambiar los contenidos y pasar a querer ser el más espiritual o el más iluminado, seguiría siendo el ego el referente; hay que descubrir la estructura íntima del yo-mental, hacerla consciente para poder trascenderla y salir de las reglas de su juego.
El ego se sitúa frente al mundo y necesitará defender sus posiciones constantemente, por lo que vive con una gran tensión. Todo tiene que estar bajo control. Es la propia estructura del ego la que engendra el sufrimiento, y toda la tensión de la vida. Cada mañana nos levantamos con nuestro ego de protagonista y vamos al campo de batalla, donde tenemos que demostrar continuamente lo que valemos, defendiéndonos de todas las amenazas externas que ponen en peligro nuestra imagen o atacan a nuestra dignidad, tenemos que dar la talla en nuestras actuaciones, tenemos que responder a las expectativas de unos y de otros , tenemos que controlar todo aquello que pueda llevarnos a dar una imagen errónea de nosotros mismos, tenemos que asegurarnos el cariño de unos, la admiración de otros, la aprobación de casi todos, porque en cualquier momento todo puede irse al traste… Y así un día y otro día, unas veces las cosas van mejor, otras peor… El sufrimiento está servido.
            El yo “superior” en cambio, vive con independencia del exterior, no son las circunstancias las que determinan cómo tiene que vivir, sino que tiene la capacidad de elegir, es consciente de que la respuesta depende de él, se responsabiliza de sus experiencias y por tanto puede liberar al exterior de la obligación de hacerle feliz. 
No necesita ser reconocido, se apoya en sí mismo, no entra en competición ya que su noción de SER no surge del contraste o de la oposición, tiene conciencia de que no puede ser menguado ni dañado, lo que le da una gran libertad.
Vive en el presente, por tanto no necesita desear para sentirse ser, cuando se vive intensamente, no queda sitio para el deseo.
Se descubre uno con el mundo en lugar de uno frente al mundo, y esto le lleva a una comprensión natural, no forzada, que surge espontáneamente fruto de una visión más amplia.
            No necesita controlar nada, se siente cómodo en la incertidumbre,  confía en el Propósito Universal, sabe que todo es como debe ser. Es creativo en sus respuestas porque no está condicionado ni por el peso del  pasado ni por las expectativas del futuro, simplemente vive ahora, expresa ahora, ES ahora.

lunes, 17 de marzo de 2014

Miedo a la soledad




Hay dos opciones que se pueden considerar:
La primera es que el ego trabaja en su banal causa de hacerte creer que realmente estás solo, que tu estás unido a los demás, con el fin de sentirte protagonista de la vida y encontrar el reconocimiento, en todos los niveles que te imagines, en la familia, en la pareja, en el grupo de amistades, en el trabajo y en la sociedad.

La segunda opción es que el Espíritu desea que recuerdes que eres parte de una Totalidad. Que tu siempre estás unido a la energía integradora de Dios, que se manifiesta en una llama interior que tu posees, una luz que debes expandir. Cuando le das fuerza a esa luz interior, comienzas a mirar con los ojos de tu corazón y empiezas a ser consciente de que siempre tienes compañía. Es la compañía con tu ser interior y con tu Creador Supremo. Llegarás a comprender que la soledad es una maravillosa oportunidad de la vida para compartir contigo mismo; y justamente en este momento, empezarán a aparecer aquellas personas que vibrarán con tu misma sintonía e intensidad.

sábado, 22 de febrero de 2014

Guarda las Alegrias






Cuando conseguís encontrarte bien, la cuestión está, evidentemente, en conseguir que perdure este estado. En realidad, cuando has vivido un momento de armonía, de plenitud, es como si hubieras impreso algo: permanece en vos, imborrable. Entonces te preguntas, ¿por qué no perdura esta sensación? ¿Por qué al instante siguiente me siento inquieto, desalentado?.
Porque la vida es un perpetuo desfile y los instantes se suceden, presentándonos sin cesar nuevas impresiones ,nuevos acontecimientos, y como no has estado demasiado atento, no has sabido quedarte con las mismas impresiones, te has dejado llevar por otras ideas, otros sentimientos, otras actividades, con lo cual has perdido tu paz, tu alegría. Pero debes saber que las huellas de lo que has vivido han quedado en alguna parte de ti, ordenadas como discos o bandas magnéticas en tu discoteca.
El día que recuerdes que has tenido una voz magnífica que entonaba músicas celestiales, podes sacar ese disco, meterlo en tu aparato interior, y de nuevo te sentirás cautivado, prendido por el encanto: porque revivirás lo mejor de ti. Tienes que pensar en hacerlo... Tienes que pensar en volver a escuchar estas grabaciones divinas.

Ciertamente, en la vida, nos sentimos a menudo confusos, acosados, pero creanme, podemos, a pesar de todo, restablecer, mantener y salvaguardar estos estados de conciencia superiores. Tienes simplemente que acostumbrarte a vivir vigilante, con una atención constante hacia el mundo divino, pensando desde la mañana en hacer todos los movimientos propios de la vida cotidiana de forma que tus pensamientos vayan dirigidos hacia el Cielo.
Si te acostumbras a mantener esta actitud durante todo el día, verás que nada conseguirá hacerte vacilar durante mucho tiempo. Naturalmente, algunos acontecimientos pueden trastornarte, no lo niego; una mala noticia, una enfermedad, un accidente. Pero si te has acostumbrado a mantener en ti estados elevados, superarás esas molestias mucho más deprisa, porque habrás comprendido que no es a la materia, sino al espíritu, a quién Dios ha dado la omnipotencia.
Guarda pues, preciosamente, y tanto tiempo como sea posible, todo lo divino que has experimentado, pues cada momento que has vivido es eterno, podes volverlo a encontrar, está grabado en ti , nadie puede quitártelo.

Omraam M. Aivanhov

jueves, 6 de febrero de 2014

Meditar

Amiga, amigo: quiero invitarte a meditar. Tal vez te suene a orientalismo barato o a moda superficial o a fraude espiritual cuando no económico. De todo hay, y no poco, pero la meditación es otra cosa, y es algo vital. Te invito a practicarla cada día, pues todos los días necesitamos vivir y respirar.
Para vivir y respirar, nada mejor que estar plenamente allí donde estamos, justo en el medio, en el centro mismo de lo que somos, y medirlo todo en su justa medida. Eso es meditar, ni más ni menos, y sería la mejor medicina para nuestros peores males.
La misma palabra nos guía, como sucede casi siempre. "Meditar" viene de la antigua raíz indoeuropea med-, del que provienen el sánscrito madha ("sabiduría") y el griego médomai("conocer, pensar, meditar", pero también "cuidar, curar, poner remedio"), y el latín medium(centro, medio) y médicusmedicinaremedium, y el castellano medir.
Meditar es sumergirnos en el centro profundo de nuestro ser, que es el Corazón de todos los seres. Meditar es centrarnos más allá de nuestro ser separado, descentrarnos en el misterioso Medio y Fondo en el que todo es, en el que todos los seres vivimos, nos movemos y somos, y allí volver a hallarnos en paz. Y hallar así la medicina de mi ser, el remedio de las heridas abiertas por todas mis cerrazones. Eso es meditar. Y no importa la forma.
Meditar no es pensar, reflexionar, cavilar. Por cierto, no nos vendría nada mal dedicar cada día un rato a pensar y tener un criterio razonado sobre las imágenes, slogans y discursos que nos inundan, engañan y asfixian. Pero el pensamiento o la mente, que es uno de nuestros recursos más útiles, puede convertirse fácilmente en la trampa más peligrosa. Pues fácilmente sucede que la mente con sus pensamientos nos separa de nuestro medio, nuestro centro, nuestro ser profundo indemne, bueno y feliz. Y nos convence de que somos los recuerdos que nos hieren, los miedos que albergamos y los proyectos que concebimos y que acaban por agotarnos. Es bueno y necesario pensar, pero meditar no es eso. Los pensamientos pueden ayudarte a meditar, pero solo a condición de que te lleven más a Ser.
Meditar no es rezar, aunque una oración bella y sentida puede ayudarte a meditar, a entrar en la secreta y universal bienaventuranza de tu ser. ¿Qué otra cosa han hecho muchas gentes sencillas rezando el rosario u "oyendo" la misa, simplemente dejándose llevar más allá de las oraciones que recitaban o los sermones que escuchaban? La oración más devota, el sermón más brillante o la idea más sublime acerca de "Dios" pueden alejarte de Dios, impedirte ser en Dios o ser Dios, bondad indemne, feliz y creadora, que ES lo que ERES. Puedes ser Lo que Eres. Eso es meditar.
Meditar es entrar en el silencio, que es mucho más que callar. Entrar en el silencio que es la vibración universal, el Espíritu creador, la quietud activa, la paz profunda que todo lo habita y mueve. Meditar es adentrarse, como Elías en el Horeb, en la brisa suave que es la Presencia de Dios en todas las cosas.
Meditar es calmar y acallar la mente. Es mucho más que sentarse, quedar quietos y callar, pero es muy bueno sentarse, quedarse quieto y callar. Y liberarte de las ideas que te torturan, de tus angustias, miedos y rencores. Y, libre de tus pensamientos, desapegado de tu ego, simplemente atender, recoger toda tu atención en la misteriosa Presencia Buena, el Presente que te envuelve y eres. Y mirarlo todo en su simplicidad primera, con mirada compasiva.
Para ejercitar la simple y pura atención, puedes fijarla en tu respiración, o en tu cuerpo, o en un mantra o una jaculatoria cualquiera, o en una imagen que te inspira.
Meditar así cada día es la mejor medicina, y tú mismo lo podrás comprobar, pero solo a condición de que no busques ningún resultado, ningún remedio. A condición de que te recojas humildemente, simplemente, como un niño en brazos de su madre.
 
José Arregi

viernes, 17 de enero de 2014

Nunca te adelantes, permanece en el presente...¡Y olvídate del futuro!

No sé muy bien qué hacer desde ahora hasta que vuelva a Inglaterra en marzo. Creo que debería estar haciendo más cosas, trabajando más. No estoy trabajando muy en serio.

Respuesta de Osho:
          Nunca te adelantes, permanece en el presente. El hoy se basta a sí mismo, y marzo está muy lejos, a millones de kilómetros. No hace falta preocuparse. ¿Por qué desperdiciar estos momentos?.
          Ahora vive, y cuando llegue marzo, allí estarás, así que responderás a lo que la vida te pida en ese momento. Si planeas algo desde aquí, estarás creándote un problema en dos sentidos.
          Primero, estarás desperdiciando este momento que podías haber vivido: lo estarás desperdiciando al planear.  Segundo, sea cual sea tu plan, nunca saldrá igual, nunca, porque hay millones de causas que van conformando el futuro, así que nunca encajará con tu plan y te sentirás frustrado por eso.
          El hombre piensa que él propone y Dios dispone. Dios no está ahí para disponer los planes de nadie. La disposición está en la misma proposición. En el mismo hecho de planear, tú estás creando la estructura. El futuro está abierto y no se puede ajustar a la estructura de nadie.
          Desperdicias este momento, y después desperdiciarás los momentos futuros porque te sentirás frustrado.  Y a consecuencia de esta frustración, tu plan será aún más difícil, pensarás que lo perdiste porque no lo planeaste bien.  Sigues sin entenderlo.
          Por muy preciso que sea el plan, no puede ser prefecto porque tú no estás aquí solo, ¿de acuerdo?  Puede que salgas a la calle y que un conductor borracho te atropelle, y eso no entraba dentro de tus planes.  O que te vayas a Goa y pilles el virus de la hepatitis.  No entraba dentro de tus planes, pero los virus estaban planeando su vida, y el conductor borracho estaba yendo por su camino.
          Vive este momento totalmente,  y el siguiente será consecuencia de este. Vive la vida sin hacer planes, porque sólo entonces será vida.          Y no creo que no estés trabajando mucho, estás haciendo todo lo que puedes. Eso también es avaricia, pensar que uno debería hacer más. Esa avaricia nunca se puede satisfacer, porque hagas lo que hagas, siempre puedes pensar que se puede hacer más. La avaricia nunca se satisface.
          Así que elimínala, y estás haciendo todo lo que puedes. En vez de esperar más, disfrútalo.  En vez de pretender que haya un incremento cuantitativo, profundiza cualitativamente. ¡Y olvídate del futuro!".


Osho